Semana 5 del 12 al 16 de abril
Clases, clases, y más clases, parecía que esta semana iba a pasar inadvertida, una semana sin ninguna novedad, pero llegó el jueves, ese día se metió a la institución un brujo, este le dijo a los estudiantes que estaban cerca de la entrada que nunca iban a triunfar, que morirían en fin cosas malas; inmediatamente el brujo fue sacado de la institución. Pero aquí no terminó todo, ya que el viernes de esta misma semana tres estudiantes del grado 6 se pusieron a jugar a la tabla ouija en recreo. Se preguntaran algunos: ¿Qué juego es ese de tabla ouija?... pues este es un juego en el cual se invoca el subconciente de un ser vivo, o el alma de un muerto, luego se que se les ha invocado se les hace cualquier tipo de preguntas.
Después de recreo ellas entraron a clases y se descubrió que habían jugado con dicha tabla porque una de ellas entró al salón de clases en estado de shock, tenía la mirada como si estuviera volando, como si estuviera en otro mundo, no parpadeaba; y su hermana y la amiga con la que estuvo jugando estaban asustadas y lloraban por lo que estaba pasando, además de que todos los compañeros del salón estaban anonadados con lo que estaba sucediendo.
Al final llevaron a la niña a la coordinación y un padre oró por ella, y les dijo a los estudiantes que por favor no jugaran con esa tabla, que ese juego era muy peligroso, que el que juega con fuego siempre termina quemándose.
Estos sucesos me hicieron recordar mis épocas de colegio cuando tenía 14 y 15 años, edad en la cual fui muy curiosa, y me ponía a jugar con mis hermanos el nombrado juego, claro cabe aclarar que no lo jugábamos con la propia tabla, lo que hacíamos era que la pintábamos en una hoja y así jugábamos. La verdad nunca nos pasó algo tan espeluznante como lo que vivieron las estudiantes del colegio, pero sí pasamos uno que otro susto; pasaron cosas como que de pronto sentíamos una presencia extraña en la casa, se sentían malas vibras, a veces sentíamos que alguien nos observaba. Creo que todos estos fueron motivos suficientes para dejar este juego, que la verdad de bueno no tiene nada.
Pienso que se debería recomendar a los estudiantes tener más cuidado y eviten experimentar esta clase de juegos, ya que estos solo pueden traerles problemas, y nada de beneficios para sus vidas.
Clases, clases, y más clases, parecía que esta semana iba a pasar inadvertida, una semana sin ninguna novedad, pero llegó el jueves, ese día se metió a la institución un brujo, este le dijo a los estudiantes que estaban cerca de la entrada que nunca iban a triunfar, que morirían en fin cosas malas; inmediatamente el brujo fue sacado de la institución. Pero aquí no terminó todo, ya que el viernes de esta misma semana tres estudiantes del grado 6 se pusieron a jugar a la tabla ouija en recreo. Se preguntaran algunos: ¿Qué juego es ese de tabla ouija?... pues este es un juego en el cual se invoca el subconciente de un ser vivo, o el alma de un muerto, luego se que se les ha invocado se les hace cualquier tipo de preguntas.
Después de recreo ellas entraron a clases y se descubrió que habían jugado con dicha tabla porque una de ellas entró al salón de clases en estado de shock, tenía la mirada como si estuviera volando, como si estuviera en otro mundo, no parpadeaba; y su hermana y la amiga con la que estuvo jugando estaban asustadas y lloraban por lo que estaba pasando, además de que todos los compañeros del salón estaban anonadados con lo que estaba sucediendo.
Al final llevaron a la niña a la coordinación y un padre oró por ella, y les dijo a los estudiantes que por favor no jugaran con esa tabla, que ese juego era muy peligroso, que el que juega con fuego siempre termina quemándose.
Estos sucesos me hicieron recordar mis épocas de colegio cuando tenía 14 y 15 años, edad en la cual fui muy curiosa, y me ponía a jugar con mis hermanos el nombrado juego, claro cabe aclarar que no lo jugábamos con la propia tabla, lo que hacíamos era que la pintábamos en una hoja y así jugábamos. La verdad nunca nos pasó algo tan espeluznante como lo que vivieron las estudiantes del colegio, pero sí pasamos uno que otro susto; pasaron cosas como que de pronto sentíamos una presencia extraña en la casa, se sentían malas vibras, a veces sentíamos que alguien nos observaba. Creo que todos estos fueron motivos suficientes para dejar este juego, que la verdad de bueno no tiene nada.
Pienso que se debería recomendar a los estudiantes tener más cuidado y eviten experimentar esta clase de juegos, ya que estos solo pueden traerles problemas, y nada de beneficios para sus vidas.
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